Sigueme

David Platt, autor de Radical, éxito del New York Times, investiga: ¿«Qué quiso decir realmente Jesús cuando dijo: “Sígueme”?».

Para muchos cristianos, seguir a Jesús es mejor visto desde lejos. Queremos ser discípulos mientras serlo no se entrometa en nuestro estilo de vida, en nuestras preferencias, en nuestras comodidades e incluso en nuestra religión.

• ¿Y si realmente tomáramos el tiempo de mirar a Jesús a los ojos y ver quién es él realmente?
• ¿Qué tal si en verdad escuchamos las palabras que Jesús está pronunciando?

La invitación de Jesús para seguirle fue —y todavía es— una invitación a una relación marcada por abnegación, intimidad personal, ambición resuelta y alegría infinita. Cuando las personas en verdad se comprometen con esta invitación personal de Jesús a seguirlo, todo cambia, puesto que es digno de toda nuestra confianza y todo nuestro afecto. Edificando sobre las lecciones de Radical, este libro nos motivará a todos a experimentar el gran propósito para el cual hemos sido creados: Exaltar la gloria de Dios esparciendo el evangelio de Cristo por toda la tierra, —para hacer discípulos que harán discípulos.

¿Qué quiso realmente expresar Jesús cuando dijo: «SÍGUEME»?

• ¿Es posible que algunas personas digan que creen en Jesús, pero que no hayan realmente nacido de nuevo?
• ¿Es posible que algunas personas puedan decir que han aceptado a Cristo en su corazón, pero que en realidad no sean cristianas?

No solo es posible, pero según el pastor David Platt, es muy probable. Hoy muchas personas en nuestras iglesias están equivocadas respecto a lo que realmente representa ser un seguidor de Cristo. La cultura occidental ha vaciado la savia vital del cristianismo y, para que tenga mejor sabor, la ha reemplazado con una versión tan diluida del evangelio que ya no es fidedigna.

«Sígueme», dijo Jesús.

Una simple palabra que lo cambia todo. Usted jamás se aburrirá. Usted siempre tendrá un propósito. Nunca le faltará la alegría, pero sí le costará. Este llamado no es una invitación a la oración.

Es un mandato a entregar su vida.