Tomando como punto de partida a Jesucristo, descubrimos que no existe base razonable para negar su existencia.
Nació, creció, trabajó y sudó, descansó y durmió, comió y bebió, sufrió y murió.
Pero, ¿podemos creer que también fue en algún sentido Dios? ¿Hay evidencia alguna que apoye la sorprendente afirmación de que el carpintero de Nazaret fue el Hijo unigénito de Dios?