Dios diseñó al hombre para arriesgarse, dice John Eldredge. Si no, mire los sueños y anhelos escritos en el corazón de todo muchacho: Ser héroe, ser guerrero, vivir una vida de aventura y riesgo. Tristemente, la mayoría abandona esos sueños y anhelos… con la ayuda de un cristianismo que al parecer solo lo presiona a ser “un buen chico”.