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El ojo es la puerta primaria de nuestra sexualidad. Así como la puerta en las ciudades antiguas regulaban todo el tráfico que entraba y salía, nuestros ojos determinan la naturaleza del tráfico en nuestros corazones.
Hice pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen? Job 31:1
Prepárate para un llamado audaz a la consagración sexual como nunca has llegado a leer. Para hombres y mujeres. Para jóvenes y viejos.
El señor te está invitando a hacer un verdadero pacto concerniente a lo que tus ojos miran. El te está extendiendo su gracia para que puedas tener la pureza que tanto anhela tu corazón.
“Nunca había considerado lo que un pacto con mis ojos sería para mi. Eso es con lo que los hombres luchan. Pero he encontrado una nueva libertad en la área de fantasías y pensamientos, y he descubierto que sí es para mi, y que lo puedo hacer.”
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