JESÚS, LA LUZ DEL MUNDO
En la Navidad, celebramos un evento que transformó la historia de la humanidad: el nacimiento de Jesucristo, la luz que
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Cuando Jesús eligió a quien usar cómo uno de los mejores ejemplos de la oración, eligió a una mujer. Resaltando la tenacidad y la fuerza de esta mujer en particular como un objetivo al que todos nosotros, hombres y mujeres, debemos apuntar en nuestra relación con Dios. Ella entendió el poder de la perseverancia. Entendió que, a veces, la vida es injusta y que su voz tal vez no fuera escuchada, reconocida o valorada, pero qué tenía derechos legítimos que la autorizaban a recibir más de lo que estaba recibiendo.
Quizás estés viviendo en un tiempo como esta mujer donde quieres tirar la toalla o renunciar, momentos cuando sientes que ya no puedes aguantar más o qué tus oraciones no logran lo que tu piensas que deberían lograr. Hoy Jesús anhela que recuerdes el poder qué hay por medio de la oración correcta y la perseverancia.
Cuando todo está bien en la vida, hacemos una oración cada tanto sin prestarle demasiada atención, pero cuando enfrentamos luchas o dificultades se intensifica nuestra vida de oración. Del mismo modo, transcurre el tiempo y no vemos mejoras, es fácil pensar que nuestra oración no cambia nada, así que dejamos de orar o sencillamente nos damos por vencidos. Sin embargo, el ejemplo que dio Jesús por medio de la parábola de la mujer que se presentó ante el juez injusto es que aun cuando parece que nada mejora, necesitamos mantenernos más en contacto con Dios, porque la oración no tiene que ser una tendencia, la oración debes ejercerla a diario en tu relación con el Señor. La oración es algo más que ponernos de rodillas con los ojos cerrados. La oración es la actitud de operar en conjunto con Dios. Implica ejercer nuestra autoridad para la intervención celestial en nuestros asuntos terrenales.
Para ser una mujer o un hombre del reino necesitas estar lleno de fe, tener esperanza y ser perseverante, ser una mujer o un hombre de compromiso, autoridad y sobre todo ejercer todos los días la herramienta más poderosa que Dios te dio que es, la oración.
En la Navidad, celebramos un evento que transformó la historia de la humanidad: el nacimiento de Jesucristo, la luz que
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre
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